jueves, 30 de agosto de 2018

la mano amiga

Hay veces que en el camino se hacen trazas, se hacen lagos donde pasear es menos doloroso, menos transitado y más armonioso. Mi camino ahora es un tanto oscuro, no tan solitario pero un poco triste. A veces me da miedo quedarme sola en la parada, pasar demasiado tiempo dentro de mis pesadillas sin encontrar tregua ni consuelo. A veces lloro cuando se me hace demasiado estrecho, demasiado largo, demasiado inhóspito y desolado, porque tengo esa punzada que no me deja andar con calma. Pero entonces oigo tu voz, la que me relaja. Esa voz que debería ser mi yo desde dentro, hablándome, porque en medio de mi tragedia imaginaria de repente me sale la risa, porque tu ternura me acaricia sin que llegues a tocarme. Cuando me ves llorar y dices "si duele, cura". Y por una vez me siento arropada. Empiezo a decir en voz alta las frases trágicas sobre el camino que me espera. Y la voz ríe y grita: EEERRORRRR. de una forma en que también mi risa estalla. Si no fuera por esa voz sabia, si no fuera por esa mano amiga, mi camino seguiría siendo insondable y neutro, pero mis monstruos se habrían hecho con él hace tiempo.
Tengo tanto que agradecerte, que prefiero seguir escuchando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario