miércoles, 30 de julio de 2014

Luz de mi Vida

"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta"

 Siempre intento dar sentido a todo lo que me rodea, a todas las situaciones, a todas las personas, incluso para explicar por qué no lo tiene. Será por eso que a veces se me nota un poco demasiado que estudiaba filosofía, no lo sé. Lo cierto es que siempre me ha angustiado la sensación de no poder aferrar al entendimiento nada de lo que pasa en el ámbito humano, que la inteligencia emocional de las personas sea tan caótica, que cada uno ande con su dolor, traumas y taras a cuestas, reafirmándose en ellas, en lugar de mirarse como un cirujano observa a su paciente antes de operarle. Sin defensas, sin juicios, queriendo descubrir, más que defender, buscando desvelar, más que atacar. Y te frustras llegando a casa, en la humedad de una noche de primavera, pensando en lo que te cuesta entender por qué las personas actúan como lo hacen, y te miras a ti, sabiendo que pasado un tiempo entenderás las cosas que necesitas saber. Pero te reprochas no ser más avispada, más perfecta, ahora. te enfadas con Aristóteles por no haberte dado una solución mágica. Hasta que te das cuenta de que tú siempre intentas actuar del mejor modo posible, y que, a pesar de ello, te culpas. Que hasta los peores errores los cometes por haber querido controlar tu parte irracional, porque el sentido común no lo es tanto, y la justicia exacta no existe. Porque siempre vas a decir o hacer algo que luego vas a lamentar. De ahí que me haya sentido en mi vida continuamente en un mar de dudas. Son las ganas y el ansia de hallar el bien y la verdad, una seguridad en las acciones. Aunque esto no significa que la sangre no actúe, que a veces no quieras hacer daño cuando algo te lo hace a ti. No significa que seas inocente. Yo también soy la cauterización de una herida, que puede llegar a ser agresiva para defenderse.
Aunque, en el fondo... 
Kakuro... El corazón se me encoge como un gatito hecho un ovillo. 
Perseguir las estrellas, para no acabar como un pez en la pecera...(Muriel Barbery: La elegancia del erizo)

24 abril 2013

martes, 29 de julio de 2014

Mi Laberinto


Hace ya tiempo que el mundo cambió de color, y se pasó a tu parte. Esa parte que aún no conozco, que ni siquiera sé si me fue negada. Que me es simplemente ajena. A veces siento que llevo la mitad de mi vida pendiente de aprender una misma lección, la misma, una y otra vez. Como si tuviese que empezar de cero, porque siempre se me olvida. Porque soy mi propio laberinto, que cada día exploro, en el que me pierdo, y busco un conejo blanco en el lugar equivocado. Este laberinto que parece la biblioteca de la abadía de Guillermo de Baskerville, tenebrosa, oscura, solitaria, polvorienta, y llena de secretos. De ráfagas de aire, espejos, y fantasmas imaginarios. No quiero pasar la vida buscando la poética, para acabar sabiendo lo que sabía desde un principio: que la llevo dentro. Quiero salir del dédalo que me asfixia, en el que veo tu imagen reflejada, como un espejismo, como una condena. Quitarme este hábito que arrastro, como una losa. Como una pequeña Benerice. Estudiando corazones. Sintiendo mentes. Quiero encontrar una luciérnaga en la palma de mi mano. Un canto que me serene en mi garganta. Un claro sin oscuros, en mi mirada.
Y voy a ensayar otra vez. Para esa obra que no sé si algún día estrenaré. Que cada día procuro enfrentar, sabiendo un poco más. Dándome una nueva oportunidad, para olvidarme de ensayar.

Her

"Querida Katherine,

Estoy aquí sentado pensando en todas las cosas por las que quería pedirte perdón, todo el daño que nos hicimos mutuamente, todo de lo que te culpé, todo lo que necesitaba que fueras o dijeras. Siento todo eso. Siempre te querré porque crecimos juntos. Tú me ayudaste a ser quien soy.  Sólo quiero que sepas que parte de ti siempre vivirá dentro de mí, y te doy las gracias por ello. Te conviertas en quien te conviertas, estés donde estés en el mundo, te envío mi amor. Eres mi amiga hasta el final.
te quiere,

Theodor"

viernes, 25 de julio de 2014

He cruzado océanos de tiempo para encontrar(m)e

la Mujer Justa, Farenheit 451, y Drácula.

Me fui a mi cuarto y me acosté en la cama; raro es de decir, dormí sin soñar. 
La desesperación tiene sus propias calmas...

martes, 8 de julio de 2014

Lilith

Hoy, Martes 8 de Julio, parto a tierras lejanas, tierras que he estudiado, en el instituto, en la universidad. En historia del arte, en filosofía, en historia. Una parte de mí, esa de la que ya he hablado,  me dice: ¡pero si vas a ver cuatro piedras! y la otra parte se ríe. Cómo no me voy a reír.. si esf una fiefzta...
Pocas veces he estado fuera de España y ésta va a ser una de ellas, espero coger carrerilla y seguir llenando mi tiempo en sueños, metas y cosas que me hacen ilusión. Os doy permiso, de no hacerlo, para perseguirme y apedrearme como si de una escena de la vida de Brian se tratase, y hubiese dicho ¡Jehová, Jehová!, sin ningún tipo de pudor.

Bienaventurados los gansos, porque ellos heredarán la Tierra... 

jueves, 3 de julio de 2014

La Parte Maldita

Últimamente mis días son de papel, de papel liso, blanco y pulcro. Ordenados, limpios... y mi parte maldita me susurra: ¡aburridos! ¡vacíos!. Y puede que sea así, qué le voy a hacer, tendré que acostumbrarme a esta parte mía, reírme de mi escasa tolerancia a la frustración, asumir que últimamente estoy como el chiste del camión: Un transeúnte haciendo autostop, finalmente es acogido por un camionero. El autostopista se pone nervioso porque no sabe de qué hablar... y piensa: "No le puedo hablar de política... porque si le digo que soy de Podemos, y él del Pp, me va a echar...Y si le digo que el fútbol no me gusta y él es fanático... igual..." Así que el autostopista, sin saber cómo ni de qué entablar conversación, finalmente, dice: "Pues sí...". Y el camionero, con los ojos inyectados en sangre, le contesta: Pues no... ¡¡Y te bajas del camión!! (Por supuesto, yo soy el camionero...)
Así que, el humor es lo que me queda: reírme de mí. Y como decía, -vuelvo a ponerme seria...- mis días son como papel que voy pintando, de un azul sereno, que a veces mancho con lágrimas, es cierto, pero a veces también me falla el pulso con la risa, y otras me pierdo cuando sueño. No tengo mucha fe últimamente, no siento que todo vaya a ir mejor, y también sé que eso no me beneficia. Voy dando pasitos pequeñitos, y finalmente encuentro tranquilidad y sosiego leyendo un buen libro, ese que me regaló Jarauta, y sí, lo digo a propósito, para que se sepa: me lo regaló el gran Jarauta, y me está gustando mucho. Disfruto de buenas conversaciones con buenos amigos, que me apuntan con linternas para que no me apague, y me arropan para que no pase frío. Me sigo riendo con mi padre. Me sigue dando miedo perderlo. Todos los días le admiro, todos los días me da motivos para quererlo un poco más. Si un día estoy insoportable, en lugar de ofenderse, me dice: ¿Qué te ha pasado ya? y lo peor, es que siempre acierta. Y me desarma. No tengo trabajo propiamente dicho, pero disfruto pudiendo hablar de filosofía un par de horas todos los días a un alumno al que le toca hincar codos en verano. Me miro al espejo y me gusto, aunque mi cara esté triste, y tenga los ojos enrojecidos y mohínos.
Me sigo frustrando, todos los días me cuesta un poco dar el paso, ser positiva, tener esa fe de la que todo el mundo me habla. Pero lo intento, sonrío y me reconcilio con mi parte maldita, la que me hace repetir pautas, andar tan a tientas con todo e indignarme con cualquier cosa. Y quiero usar esa parte para crecerme cada día, que, oye, estoy bastante bien, nada que envidiarme tiene, si es que existe, la Mujer Justa...