lunes, 26 de diciembre de 2011

Anacrónica Madame Bovary

Dicen que todo sucede por alguna razón… El problema es saber cuál.
Mientras tanto, yo sigo sorprendiéndome a mí misma, abriendo nuevos horizontes… o eso me gustaría creer. Haciendo cosas impensables hace un tiempo. Abriéndome paso entre la maleza, que antes, simplemente, habría ignorado, porque me asustaba.
Por intentar conocerme, casi caigo al abismo, en un equilibrio inestable donde apenas me reconozco, donde me encuentro extraña (y ya decía Freud: que no somos dueños ni de nuestra propia casa…) pero en el que siento que debo estar, que es necesario para mí.
La curiosidad me puede, en todo lo que me queda por vivir.
No dejo de apostar, de abrir puertas que ni tan siquiera sabía que existían.
Otras veces, en cambio, siento que me protejo demasiado, en un caparazón pre-púber, para no hacerme daño. Pero intento, procuro, no hacerlo. Porque quiero que todo esto sirva de algo. Y no despertar una mañana sintiendo que realmente voy andando a tientas, en sinsentidos y malentendios de Camus, en oscuros túneles inventados por Ernesto Sábato, pintados por Juan Pablo Castel, y pensados por María Iribarne.
Sigo anclada en ideales anacrónicos, en pensamientos que no me conducen a ninguna parte, pero que son el único recordatorio de lo que un día fui. Pero sé que el hipnotismo es igual a desasosiego, y la esperanza igual a desengaño. (Y un año, igual a trescientos sesenta y cinco días de desengaños...)
Sólo queda, como diría Woody Allen en Desmontando a Harry, -en un lenguaje existencialista postmoderno-,
"Nihilismo
Cinismo
Sarcasmo
Y Orgasmo".

Porque la Emma Bovary de hoy, no se suicidaría con un triste matarratas.

Fuentes: Kierkegaard, Freud, El Túnel de Ernesto Sábato, Madame Bovary de Gustave Flaubert, Desmontando a Harry, y una época de búsqueda y camino a la perdición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario