sábado, 2 de marzo de 2013

A veces el Tiempo me recuerda a mí


Hay días de invierno en que la primavera grita, lucha por salir. Los paseos por la calle se convierten en una masa de aire gélido que va haciendo de tus manos un témpano de hielo, aunque por dentro arda en llamas al cruzarse contigo.
Hay días en que el tiempo es como una pequeña tortuga cansada que se arrastra lentamente.  A veces pasaba desgarrando la vida, como un buitre en busca de presa.
La primavera, aunque no se le permite salir,  sigue viva todo el año, observando caer las hojas de los árboles a su alrededor, ansiosa de ser partícipe, presa de una vida mucho más sobria y lenta, en un devenir de letargo que formaba un nudo en su estómago, que está deseoso de convertirse en mariposas sobrevolando el prado. Había aprendido a esperar, a ser paciente, pero no podía evitar seguir viva, pues ella era lo que era, sin poder evitarlo: primavera.
A veces, el tiempo me recuerda a mí. 

(Fuentes: Antonia, -la película de Marleen Gorris

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