jueves, 3 de noviembre de 2016

De Antígona, prometeo y otras condenas



En el día mundial del teatro, voy a hacer un homenaje: 
Tras un concierto, dos amigos hablan:

1- Me voy a casa
2- ¿Qué te pasa?
1- Nada, no te preocupes. Siempre estoy igual, me canso hasta yo. No quiero darte la noche, es tu noche.
2- Venga, no te vayas. Tómate la última conmigo y hablamos. ¿Es por lo que me has contado antes?
1- Sí. No lo puedo evitar... Y me siento súper tonta.
2- Hombre, un poco tonta sí que eres -dice el segundo hablante con sorna-. Pero, ¿por qué te martirizas así? No es para tanto. Además, aún no sabes lo que piensa. 
1- Eso se intuye. Se nota. Está en otra parte. No me ha visto. Está haciendo de su vida una obra de arte, y yo no quepo en ella. No hay lugar para mí. Y es normal. ¿Qué hacía yo cuando era más joven? Nada. Estaba muerta de miedo. No era capaz de vivir. Hace todo lo que yo debí hacer cuando tenía su edad. Siente como yo sentía. Tiene mi mismo entusiasmo. Pero yo no tuve el valor de llevarlo a la práctica. Los años, la vida, no pasan sobre él. Arrasa sobre su vida. Su esencia invade cada movimiento, cada paso que da. Es independiente, fuerte. Me ha dicho que quiere irse. Que es así como sabe que tiene hacerlo.
2- Sí, yo también sabía decir esas, pero eso no quiere decir que de verdad sepa lo que significa. Y además, tú haces y hacías muchas cosas. También eres valiente. No tienes que compararte.
1- Le he dicho que yo antes era como el niño de La lengua de las mariposas. Un gorrión. Un gorrión que no sabía salir del nido. Le he hablado del saxo en la niebla. Del muchacho que no sabe tocar, hasta que no se enamora. De la china que llora porque sabe que está tocando para ella. Y no he tenido que explicárselo. Habitamos Lugares Comunes. Es un fueguito de Galeano, que si te acercas, se enciende. Arde la vida con tanta fuerza... y no soporto que no sea para mí. No soporto haberme perdido tantas cosas. 
2- Te repito: no sabes lo que piensa. Tienes que dejar de compararte. 
1-  No me perdono que su valentía me duela. Haber perdido tantos años.
2-  ¿Por qué te empeñas en verlo así?
1- Porque me duele. Él seguirá siendo un fueguito encendido, ardiendo cada día más lejos. Le admiro, y me odio por no ser capaz de disfrutar viéndole volar, por no poder volar con él. Por no haber sabido llegar a las entrañas, como otros invaden las mías.
2- No necesitas sus alas, mi pequeña madame Bovary... Ni deja de existir la Magia que te envuelve, sólo porque alguien no la vea. También ardes la vida, con tantas ganas.
1- Tiene tanta luz que me encandila. El mundo se ve distinto cuando le miro. No entiendo por qué tengo que renunciar a buscarle. No me hace gracia que el universo se burle poniéndomelo delante. Que nunca pueda ser partícipe de esa belleza.
2- Sabes que no es eso. No hay castigos divinos. 
1- Quizá debería rendirme, e intentar ignorar esa parte de mí. Volverme estoica, budista, practicar la atharaxia. Pero no puedo. Sé que no puedo. Estoy viva. Es como mirar el jardín de las delicias. Me gusta todo lo que veo, todas las cosas buenas de la vida. Pero siempre le presto más atención a la misma parte del cuadro. A la misma imagen.
2- Eres así, puro deseo. Por eso eres Madame Bovary. Esa es tu condena. 
1- ¿Qué significa eso?
2- Eres el ciego que lo ve todo, menos a sí mismo. No ves lo que eres. Ni lo que haces. Todos lo vemos menos tú. Eres Prometeo. Porque cada día se te comen las entrañas por robar el fuego, por ser auténtica. Por tu inocencia.  Te lo he dicho muchas veces. Eres mi noche estrellada.
1-  Siempre me has idealizado
2- No. Siempre he sabido verte, porque tú me viste a mí. Tú sabes ver a los demás, y ser su espejo. Pero a cambio de perderte a ti. Tan empática, tan radiante, tan auténtica, tan capaz de envolverte en la manera de sentir de los demás, que no te encuentras. No te ves. Y los que te vemos, nos morimos de rabia.
1- Y entonces, ¿qué virtud es esa? si me estoy consumiendo a mí misma, ¿cómo iba a gustarme, aunque me viera?
2- Eres Antígona. No participas del mundo. Te quedas fuera. Estás fuera. En tu tumba. Pero eres capaz de hacer salir a los demás de la suya. De revivir a las personas, con tu luz. Y ni siquiera te das cuenta. Y quiero verte salir. No eres feliz porque siempre estás buscando fuera. El espejo. Y ni aun cuando lo encontraras, serías feliz, porque queriendo verte a través de otros ojos, nunca estarás satisfecha con la imagen que te devuelva, ningún espejo. Hasta que te canses, y busques otro. Como Madame Bovary. 
1-  Pero me hace desdichada. Mi mayor virtud, es mi mayor condena. Y te extraña que no pueda verme bien.
2-  Sé que acabarás viéndote. No quiero que dejes de ver las cosas malas que haces, o que eres. Pero quiero que veas también las buenas. No sabes la semilla que sembraste en mí al conocerte. No sabes los árboles que han ido creciendo a tu paso. Me cogiste de la mano, me llevaste fuera de la tumba.  Eres tierra fresca. Mi noche estrellada. Estás exenta de coraza. Esa que todo el mundo tiene. Incluso cuando intentas ser quien no eres, no te sale. Eres incapaz de mentir. No puedes. Por eso me desarmaste. Y dejé que me tocaras. ¿Eso, para ti, es haber hecho poco?


Abril 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario